Introducción:
Por diversas razones en algún momento de nuestra vida hemos pensado en como
evadir ciertos desafíos o responsabilidades ante el Señor. Por ejemplo Moisés
fue llamado por Dios para liberar a Israel de la esclavitud egipcia pero él no
quería ir y usó diversas excusas, pero finalmente obedeció y fue usado
poderosamente por Dios.
El Señor tuvo que enseñarle a Jonás la importancia de
amar, aún a los ninivitas. Rindamos todo nuestro corazón a Dios, para que Sus
planes se cumplan a través de nosotros…
JONÁS Y EL GRAN PEZ
“Jehová dijo a Jonás:
Levántate y vé a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella que
su maldad ha llegado hasta mi presencia y Jonás se levantó para
huir de la presencia de Jehová a Tarsis pagó su pasaje y se embarcó
con los que iban a esa ciudad, huyendo así del Señor”. Jonás 1:1-3.
1) Dios sigue hablando.
Aquí podemos ver una vez
más el gran privilegio que es escuchar a Dios y que bueno es saber que él sigue
hablando a sus hijos. El Espíritu de Dios ha venido a morar en los hijos del
Señor y a través de Su testimonio nos da a conocer la voluntad de Dios, éste
mensaje es recibido en nuestro interior y es una gran razón para gozarnos ante
el Señor. Pues esto evidencia el cuidado de Dios por sus hijos.
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2) ¿Por qué a veces huimos
del llamado de Dios?
En
términos generales cuando Dios nos delega un privilegio o comisiona un desafío,
experimentamos en nuestro corazón un gozo muy grande, e iniciamos con mucho
fuego y pasión aquello que Dios nos ha encomendado.
En otras oportunidades la respuesta
es cómo la de Jonás: huir. ¿Por qué en ciertas ocasiones nuestra respuesta es
huir al llamado del Señor? Podemos reflexionar en algunas razones:
a) Cuando la palabra que
oímos del Señor no es agradable para nosotros.
b) Cuando lo que el Señor nos
entrega no era lo que esperábamos o deseábamos.
c) Cuando los
resentimientos y complejos del hombre se levantan en el corazón e impiden el
avance.
d) Los miedos a los
resultados o posteriores desafíos que aparecerán en el camino.
e) Cuando los fracasos del
pasado hacen pensar que será un fracaso más.
3) Desobedecer a Dios tiene
un alto costo.
Es
interesante que el vrs. 3 nos dice: “pagando su pasaje”, el viaje era largo y
por tanto costoso, y esto nos recuerda el alto costo que tenemos que pagar
cuando no hacemos la voluntad del Señor, y aun quienes nos rodean sufren
algunas pérdidas (como les ocurrió a los marineros que iban con Jonás).
Posteriormente Jonás termina dentro del gran pez.
Es muy
importante disponer nuestro corazón por completo en las manos de Dios para que
él haga Su voluntad. Por eso el Señor trabaja en nosotros formando un corazón
manso y humilde delante de él.
Dios restaura y sana el corazón, pues ésta
condición es muy importante para avanzar en la voluntad del Señor (recordemos
que Jonás tenía un resentimiento contra los ninivitas). Un corazón sano, oye,
recibe y acepta el mandamiento de Dios, pues sabe que la voluntad del Señor es
buena y perfecta.
Nota: En pocas
semanas publicaremos nuestro segundo libro electrónico (ebook): “Sanidad
para el alma herida” y esperamos que sea una herramienta útil para sanar y restaurar
aquella heridas o afectadas del corazón. Éste libro estará compuesto por temas
como: sanidad para el alma, arrancando la raíz de amargura, principios para
sanar el corazón, victoria sobre el resentimiento y el complejo de culpa,
derrotando el miedo y la angustia, entre otros. Estaremos anunciándolo en
breve.
4) No podemos escapar de Dios
ni de sus planes.
El
propósito de Jonás era “irse lejos de la presencia de Jehová”, él conocía la
teología hebrea muy bien, sabía que Dios era omnipresente, que estaba en todo
lugar.
Sin embargo, creyó que podía huir de Dios. ¿Qué le ocurrió? Creo que lo
mismo que sigue pasando hoy: sabemos muchas cosas de Dios, pero nuestro ego y
dureza de corazón terminan siendo más fuertes y hacemos nuestra propia
voluntad, experimentando las correspondientes y tristes consecuencias.
Conclusión: La experiencia de Jonás y el gran pez nos recuerda
que una vez el Señor habla, debemos obedecer. Dios va delante de nosotros y
proveerá lo necesario para hacer Su voluntad. Debemos recordar que nuestra
obediencia al Señor es nuestra mejor adoración. Cuando obedecemos él es glorificado,
otros son salvados y nosotros somos bendecidos. Nuestra obediencia promueve la
obra de Dios en la tierra.
Te invitamos a leer:
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)
ME GUSTARIA MAS MENSAJES INFANTILES, SERMONES PARA NIÑOS,
ResponderEliminarDios te guarde Pedro. Muchas gracias por visitar nuestro sitio y por tu comentario. Al respecto quiero decirte que cuando tengamos la oportunidad lo haremos. Bendiciones.
EliminarTRABAJO CON NIÑOS Y SERA DE GRAN APOYO
ResponderEliminarDios te guarde Pedro. Muchas gracias por visitar nuestro sitio y por tu comentario. Al respecto quiero decirte que cuando tengamos la oportunidad lo haremos. Bendiciones.
EliminarDios le bendiga pues aparte de Dios nesecito su apollo pues trabajo con niños el señor me lo siga bendisiendo
ResponderEliminarDios te bendiga. Esperamos que el material que hemos publicado sea útil en su servicio a Dios.
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