(Nota especial: Quiero informarte que estamos elaborando el tercer tomo de la serie “Sermones para predicar”. En un par de semanas les presentaré dos portadas y esperaremos su voto para seleccionar la definitiva. Contamos con sus oraciones y apoyo. Muchas gracias).
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jueves, 13 de octubre de 2016
A la luz del texto de hoy vemos que José el hijo de Jacob, ha contado con el respaldo sobrenatural del Señor. De tal manera que es autoridad principal en aquella tierra, era aquel que vendía trigo a todo el mundo conocido (Génesis 42:6). Ahora era un hombre de gran poder y el faraón tenía total confianza en él; entonces desde el punto de vista natural, José estaba en su mejor tiempo. Sin embargo, ahora aparecen sus hermanos (trayendo con ellos los dolorosos y amargos recuerdos de la adolescencia de José)…
Génesis 42:7, 9 “José reconoció a sus hermanos en cuanto los vio; pero hizo como que no los conocía, y hablándoles ásperamente les dijo: ¿De dónde habéis venido?… De Canaán, para comprar alimentos… y les dijo: Espías sois”.
Podemos ver que como cualquier persona José reacciona ante sus hermanos de acuerdo al dolor de las heridas que le produjeron en el pasado (y éstas heridas no habían sido sanadas), para ese entonces han transcurrido 22 años aproximadamente, y José los recibió y trató con indiferencia, aspereza, además los acusó de ser espías y por eso los envió a la cárcel por tres días (Génesis 42:17).
Estas actitudes nos dejan concluir que el simple paso del tiempo no sana las heridas, pues quien en realidad sana las heridas del corazón se llama Jesucristo el Señor. El perdón sana le corazón lastimado.
También podemos ver que las reacciones de José son un espejo de las nuestras cuando no hemos perdonado de corazón. La indiferencia (“él hizo como que no los conocía”) con la cual se pretende ignorar o negar la realidad, la aspereza (“él les habló ásperamente”) con la cual se pretende demostrar la ausencia de cualquier debilidad o fragilidad, y la falsa acusación y encarcelamiento.
Son estos actos con los cuales quizá quería José que sintieran el dolor que él vivió cuando lo lanzaron a una cisterna (son deseos de venganza o justicia propia, muy ocultos en el corazón herido, al igual que aquellos deseos de fracaso ajeno por las injusticias recibidas). Pero Dios nos aconseja perdonar de corazón. Perdonar es liberar nuestro corazón y es dejar de aferrarse al daño de otro, por eso perdonar es liberar.
(Nota especial: Quiero informarte que estamos elaborando el tercer tomo de la serie “Sermones para predicar”. En un par de semanas les presentaré dos portadas y esperaremos su voto para seleccionar la definitiva. Contamos con sus oraciones y apoyo. Muchas gracias).
(Nota especial: Quiero informarte que estamos elaborando el tercer tomo de la serie “Sermones para predicar”. En un par de semanas les presentaré dos portadas y esperaremos su voto para seleccionar la definitiva. Contamos con sus oraciones y apoyo. Muchas gracias).
Es muy interesante ver que es posible continuar viviendo, lograr éxitos y poderosas metas, y aun llegar a gobernar con un corazón herido y lastimado. A pesar de los grandes metas alcanzadas, José requería la sanidad de su propio corazón, y es el Señor Dios quien prepara el escenario para esa sanidad. No importa cuanta unción llegues a tener, o cuan prospero llegues a ser, o los niveles de autoridad a los cuales el Señor te permita llegar, siempre el ser humano estará aprendiendo y siendo procesado por las manos del Alfarero Divino. Él sabe lo que hace.
Es muy importante que ésta sanidad venga, que el cristiano la acepte y asimile, pues de lo contrario, el corazón lastimado dañará a los que están bajo su dirección, por su inseguridad provocará deserción en sus filas y conducirá al caos y fracaso a aquellos que dirige (sea su familia, iglesia, empresa, ministerio, profesión, etc.).
Conclusión: Perdonar es liberar. El perdón es un estilo de vida nos acerca al Señor, nos libra de la raíz de amargura, de la tristeza y trae sanidad y libertad. El perdón nos conduce por el camino del plan divino, y esa sanidad, esa libertad, será cada vez más fuerte y como un bálsamo de Dios que nos impulsa y fortalece a seguir por la senda que Dios ha trazado para nuestra vida.
Te invitamos a leer: "PODEROSO ES DIOS PARA TRANSFORMAR TODAS LAS COSAS".
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria para Web Recursos cristianos. Autorizado para ser publicado en Mensajes y sermones para predicar - Perdonar es Liberar | La falta de perdón causa amargura -
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