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SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
. . Sermones escritos listos para predicar - para predicar. A continuación ponemos a tu disposición un listado de sermones escr...
martes, 18 de octubre de 2016
(Sí no puedes ver el tema completo, sólo haz click en el título). Podemos ver aquí un hermoso cuadro: Jacob en su vejez, José su hijo, Efraín y Manasés sus nietos. Vemos entonces tres generaciones, al leer las Escrituras Dios nos enseña que él es Dios de generaciones, por ejemplo a Moisés el Señor dijo: “Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob”. Entonces el Señor desea que nosotros lo sigamos, y también toda nuestra descendencia...
Génesis 48:9 “Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos ahora a mí, y los bendeciré”.
La Biblia nos enseña muchas cosas acerca de los hijos, veamos algunas por ejemplo:
a) “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre” (Salmo 127:3).
b) “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas… y vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2:28).
c) “Instruye a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu alma” (Proverbios 29:17).
En el pasaje bíblico de hoy, José expresa: “son mis hijos que Dios me ha dado aquí”. Ni siquiera en chiste debemos poner en duda quienes son nuestros hijos, y es importante expresarlo delante de ellos y de otros confirmando esa verdad, pues su identidad es afirmada. José reconoce que sus hijos son un don del cielo, que el Señor se los ha dado y honra a Dios declarándolo. Concluimos entonces que los hijos no son un obstáculo o problema, sino una bendición del Señor, a través de la cual Dios quiere perpetuar su Nombre y poder.
Debemos tener en cuenta que a veces en su proceso de crecimiento y formación, se originan dificultades que demandan la sabiduría del Señor en los padres. Dios nos encomienda instruirlos en el camino de la fe, conducirlos hacía el propósito divino, y para alcanzar esto, definitivamente tenemos que hacer un equipo con el Señor, pues el desafío es muy importante y valioso.
Qué bueno que Dios es Padre, Jesús es Hijo, y el Espíritu Santo está con nosotros para ayudarnos y darnos sabiduría y fuerza para salir adelante.
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Vemos también que Jacob como patriarca y líder de la familia, impone sobre Efraín y Manasés sus manos y declara con su boca palabra para bendecirlos, declara palabras de prosperidad, de multiplicación, crecimiento y devoción al Señor. Esto debemos hacerlo con nuestros hijos, orar por ellos, ministrarlos y declarar palabras de bendición sobre sus vidas, pues los padres tienen la autoridad de parte del Señor, sobre sus hijos para hacerlo. Si en tiempo pasado hubo palabras de maldición o fracaso sobre los hijos, pues ahora en Jesucristo el Señor es el tiempo de cancelar esas palabras ociosas y declarar palabras de bendición y victoria sobre cada uno de ellos.
Conclusión: El Señor diseñó la familia, el matrimonio y la continuación de la vida a través de los hijos. Son éstos para nosotros un regalo del cielo, que debemos proteger y formar con responsabilidad ante los ojos del Señor, animándolos y conduciéndolos al propósito divino, conscientes de que somos un modelo de vida para éstos.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria para Web Recursos cristianos. Autorizado para ser publicado en Mensajes y sermones para predicar - Bendición para tus generaciones -
Salmo 78:1-7 Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. Abriré mi boca en parábolas; hablaré cosas escondidas desde la antigüedad; las cuales hemos oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron. No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, y su fortaleza, y las maravillas que hizo. Él estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel; la cual mandó a nuestros padres que la enseñasen a sus hijos; para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán, lo cuenten a sus hijos; a fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios, sino que guarden sus mandamientos".
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