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SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
. . Sermones escritos listos para predicar - para predicar. A continuación ponemos a tu disposición un listado de sermones escr...
viernes, 23 de diciembre de 2016
(Si no puede ver el tema completo has click en el título) Introducción:
En cierta ocasión el Señor Jesús llegó a una sinagoga a predicar y enseñar (esto
fue una parte importante del ministerio de Jesús). Debemos tener en cuenta que a
la sinagoga sólo iban judíos y gentiles prosélitos o gentiles que se habían convertido
al judaísmo (en esa sinagoga había una mujer encorvada, era judía y estaba en
el culto), seguramente había muchas sinagogas en aquel tiempo, pero precisamente
en ésta estaba el Señor Jesús y cuando él está todo puede suceder, él sigue
siendo Dios Todopoderoso y bueno.
JESUCRISTO LEVANTA TU CABEZA
“Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo, y había allí una mujer que durante dieciocho años había
tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna
manera se podía enderezar” Lucas 13:10-11.
Podemos ver
que era una mujer piadosa, temerosa de Dios y estaba en aquella sinagoga
adorando, pero sufría una larga aflicción. Hacía dieciocho años nos dice la
Biblia que “tenía espíritu de enfermedad”.
Ella era judía, estaba bajo el pacto, era descendiente de Abraham
y asistía con fidelidad a la sinagoga, pero aquel espíritu de enfermedad la
afligía, ella estaba bajo un tormento continuo, trataba de tener una vida normal,
seguramente trató de ayudarse con algo, sin embargo esto era un asunto espiritual
(tengamos en cuenta que no toda enfermedad tiene un origen demoníaco, pero el
Señor Jesús es sanador de todas las enfermedades).
Ésta mujer andaba
encorvada (ella no podía enderezarse normalmente), entonces la situación
espiritual se mostraba en lo natural (estaba “encorvada”). Y por supuesto su
vida matrimonial, social y espiritual estaba muy afectada por esta situación ya
que para muchos ella estaba bajo alguna maldición o tenía un pecado oculto. Ella
era señalada por muchos.
Podemos reflexionar en la figura
encorvada de la mujer, pues nos habla de una carga o peso que se lleva sobre
los hombros y su peso es tal que doblega las fuerzas o las capacidades del ser
humano (estamos hablando entonces de crisis, heridas, miedos, fracasos, decepciones,
resentimientos que al no ponerlas en las manos de Dios generan desgaste y
cansancio).
Te invito a
leer: “POR QUÉ DEBEMOS DAR GRACIAS A DIOS”.
Esta mujer es sanada por el amor
del Señor: “Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de
tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y
glorificaba a Dios” Lucas 13:12-13. El Señor Jesús siempre actuará a nuestro
favor. Es interesante destacar a través de los verbos todo lo que el Señor hizo
por ella: “la vio”, “la llamó”, “le dijo” y “la tocó”. Jesús no fue indiferente
a su crisis.
Tal vez la
mujer no era importante para las personas, pero el Maestro la vio; a lo mejor nadie
la tenía en cuenta, pero el Señor Jesús la llamó; quizá pocos le dirigían la
palabra, pero él le habló; tal vez hacía mucho tiempo que su esposo no la
tocaba, tampoco familia la abrazaba, pero el Señor Jesús la tocó. Te n presente
eres un(a) hijo(a) de Dios y él siempre te cuidará.
Dios quiere que levantes tu cabeza
y rechaces la aflicción. El pasaje bíblico nos enseña que: “ella se enderezó y
glorificaba a Dios”; durante dieciocho años sus ojos sólo miraban el piso, su
autoestima estaba en muy baja, su aflicción era muy pesada, sin embargo “se
enderezó”, éste término se traduce del griego “anorthoo” significa: Reconstruir, restaurar, enderezar.
Ante la
gloria y poder de Dios la mujer se endereza y “glorifica Dios”, por esa condición
ella no podía fluir en adoración, pero ahora experimenta un nuevo nivel de
adoración, vive un nuevo nivel de gloria, es algo que no había experimentado, ella
tiene seguramente una liberación en su alma, en su espíritu y entra en una
nueva libertad para adorar a Dios.
Conclusión: Jesucristo el Señor no cambia, y quiere restaurar tu vida. No sé qué
pueda tenerte con la cabeza abajo (crisis, tropiezos, decepciones, la quiebra
económica, fracasos, entre otros), pero sin duda Jesucristo tiene el poder para
ayudarte a salir adelante. Con la ayuda de Dios todo cambiará.
Escrito por
Pastor Gonzalo Sanabria.
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