Introducción:
El Señor Jesús anhela para cristiano una completa restauración en su ser, pues sin
duda nuestro corazón ha sido lastimado a lo largo de la vida y altamente
influenciado por nuestros antepasados. No prestar atención a éstas cosas favorece
la acción de las tinieblas sobre el pueblo de Dios, pero el Señor Jesús nos
dijo: “conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. El plan de Dios es
sanar y renovar el alma herida para conducir a Sus hijos al plan diseñado por
él…
Jesús restaura nuestra vida con
su poder y amor
1 Tesalonicenses 5:23 “Y que el mismo Dios de paz los santifique por
completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.
El Señor Jesucristo vuelve, y la Escritura
también expresa que todo nuestro ser: cuerpo, alma y espíritu deben ser preservados irreprensibles para su segunda venida. Recordemos
que en la mente están nuestros pensamientos, en el alma se hospeda la voluntad,
y en el cuerpo están nuestras funciones naturales. El Señor creó al ser humano tripartito
(compuesto por tres partes principales), así como él es un solo Dios conformado
por tres personas: Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Por lo
general nos enfocamos sólo en el cuerpo, descuidando así las otras partes tan
importantes. Es vital procurar la
sanidad del alma. Por no hacer esto el cuerpo de Jesucristo, es decir su
iglesia vive muchas enfermedades y dolencias físicas. Está comprobado en gran
manera que muchas de las enfermedades del cuerpo tienen una causa emocional. De
hecho, la misma Escritura nos dice que el buen ánimo del hombre ahuyenta la
enfermedad y la dolencia.
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La Biblia nos dice que el profeta
Isaías profetizó que Jesucristo también venía a sanar, vendar y consolar a través
del poder del Espíritu Santo a los enlutados y lastimados de corazón. El enojo,
la amargura, los deseos de venganza, la falta de perdón, las decepciones, etc,
son situaciones que lastiman el corazón el cual debe ser restaurado por el
Señor. Es Jesús quien restaura nuestra
vida con su poder y amor.
Cuando el corazón
no es sanado por la unción del Señor esa situación sin arreglar será un
escenario adecuado para que las tinieblas sigan lastimando a la persona, también
a los seres queridos e impulsará sus decisiones hacia la maldad.
La Escritura
nos dice que conoceremos la verdad y esto traerá libertad. Dios desea hacer
subir de lo profundo del corazón aquellas cosas y situaciones que están mal
para sanar y así dar libertad a la mente, a los sentimientos y al mismo
corazón. Aún si hemos fallado Dios ofrece consuelo, restauración, sanidad, etc.
Él te ofrece consuelo para que sanes, te levantes y sigas adelante, siempre
buscando la paz entre tus hermanos.
Conclusión: El Señor es nuestro sanador, Jesús vino a sanar, restaurar y
liberar todo nuestro ser. Por eso podemos con confianza acercarnos al Señor, y
permitir que el sane, restaure nuestra mente, voluntad y emociones para ponernos
a Su servicio totalmente. Gracias Señor Jesucristo por tu maravillosa obra.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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