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SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
. . Sermones escritos listos para predicar - para predicar. A continuación ponemos a tu disposición un listado de sermones escr...
miércoles, 8 de marzo de 2017
El Señor Jesús
usa en ésta ocasión un cultivo conocido por todos en tierras orientales (la
vid), y mediante este ejemplo enseña verdades espirituales que son esenciales
en la vida cristiana. Dios usa todos los medios necesarios para enseñarnos,
pues su voluntad es bendecirnos.
“Yo soy la vid verdadera, y Mi Padre es el
viñador. Todo sarmiento que en Mí no da fruto, lo quita; y todo el que da
fruto, lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado” Juan 15:1-3.
Podemos ver
según el contexto del pasaje bíblico de hoy varios detalles importantes: el
Señor Jesús está en el aposento alto con sus discípulos solamente, es entonces una
enseñanza en la comunión íntima con el Maestro (debemos tener presente que Dios
nos llama a esa intimidad, y allí nos enseñará secretos de su corazón, son
aquellas cosas que ojo no vio, ni oído oyó antes).
El Señor
Jesucristo es la vid verdadera (desde el griego significa: veraz, genuina), es
pues la vid que genera verdadera vida, es la que sacia realmente el corazón
humano. De manera implícita podemos decir entonces que hay falsas “vides”,
pueden ser los ídolos, las drogas, la vida desenfrenada, el alcohol, entre
muchos otros, cosas en las cuales el hombre quiere saciar la sed de su ser, pero
más bien vive un mayor vacío, esto se debe a que solo Jesucristo puede llenar
realmente el corazón humano.
Por naturaleza el viñador es quien
prepara la tierra, la siembra, la riega y cuida los cultivos. En éste caso el
Padre celestial es el viñador o labrador (es decir es quien cuida la viña, él
hace la poda, etc).
Cada uno de nosotros
estamos representados en los pámpanos, estos son los canales que alimentan el
proceso del fruto, y sostienen las uvas. Como está escrito algunos son quitados
por falta de fruto, y otros son limpiados para llevar así más fruto.
La poda se
realiza con el cuchillo y la tijera. Las ramas secas y estériles, para nada útiles,
son cortadas. La vid no presenta resistencia alguna (podemos recordar aquí la
frase de Isaías: “como cordero fue llevado al matadero, enmudeció, no abrió su
boca”). Es aquella obra donde el Padre celestial quiere quitar de nosotros lo
que no sirve a sus planes.
El Señor Jesús les dijo a sus discípulos: “Ya vosotros estáis
limpios por la palabra que os he hablado”. Uno de los símbolos de la Palabra de
Dios es precisamente el agua, lo vemos por ejemplo en el Salmo uno que nos
dice: “Bienaventurado aquel cuya delicia es la ley de Jehová… será como árbol
plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo… y todo lo
que hace prosperará”.
Cuán grande y hermoso es el poder de Su palabra, pues refleja
nuestra genuina condición y nos permite limpiar los pecados en la sangre del
Cordero de Dios. Haz tu maravillosa obra Dios en cada uno de nosotros.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: DIOS PUEDE RESTAURAR LO DAÑADO.
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La obra de Dios es maravillosa.
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