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SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
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lunes, 3 de octubre de 2016
El texto bíblico de hoy (Génesis 39:2, 4-5) destaca la bendición sobrenatural del Señor sobre José en la casa de potifar, capitán en Egipto, y la razón se describe en la primera expresión “Pero Jehová estaba con José”. Sus hermanos lo habían rechazado, su padre pensaba que estaba muerto, y él estaba en tierra extranjera, pero no estaba sólo, Dios estaba con él, y esto es lo más importante.
Génesis 39:2, 4-5 “Pero Jehová estaba con José, quien llegó a ser un hombre próspero… Así halló José gracia a los ojos del egipcio, y lo servía; y él lo hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía. Y desde cuando le dio el encargo de su casa, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José”.
Las Sagradas Escrituras nos añade “y fue varón prospero”, el término hebreo “prospero” usado aquí es “tsalákj” y significa además: empujar hacia adelante, triunfar, lograr (lo que nos deja ver en la vida de Jose su actitud de fe, pujante y diligente, a pesar de las circunstancias adversas que enfrentaba).
La Biblia nos dice que José halló gracia ante los ojos de Potifar, es decir el favor del Señor estaba con José. El favor divino es aquella virtud sobrenatural, es aquel espíritu superior, es aquel resplandor entregado por Dios que hace que sus hijos se destaquen, es ese poder que respalda de manera sobrenatural los proyectos, oficios o profesiones encomendados a los hijos del Señor. Recordemos que las Sagradas Escrituras dicen del profeta Daniel: “Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino” (Daniel 6:3).
Vemos que Potifar delegó en José todo lo que tenía y le hizo mayordomo de su casa. El Señor estaba usando al egipcio con todo su patrimonio, para formar e instruir al futuro gobernador de Egipto (José tenía más o menos veinte años de edad). Él no sólo administró bien la gracia de Dios en su vida, sino que es evidente el temor del Señor en su corazón (el temor de Dios es aquella bendición en el corazón que nos lleva a no caminar por el sendero de la perversidad, más bien nos hace andar por la senda de la integridad).
Aunque José tenía una gran autonomía sobre los bienes de Potifar, no tenía la Biblia cómo nosotros hoy, tampoco vivió la llenura del Espíritu de Dios como nosotros (experiencia neotestamentaria) y estaba en tierra extranjera, no aceptó las ofertas de la esposa del capitán Potifar, ni a sus presiones, por el contrario expresó: “mi señor ha puesto en mi mano todo lo que tiene… ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Sin duda alguna es José aquí un ejemplo a seguir). Valoremos la integridad cual más grande tesoro y bendición.
La Biblia nos dice “Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José” y Potifar vio esto. José no tuvo que decirlo, ni que gritarlo, ni que anunciar que el Señor estaba con él, los demás lo vieron, Dios mismo dio testimonio de eso (por eso no tenemos que gritarle a los demás que Dios está con cada uno de nosotros, simplemente él mismo dará testimonio de Su presencia y poder).
Conclusión: Buscar la presencia de Dios, debe ser nuestra prioridad de vida. Fortalecer nuestra intimidad con el Señor es fundamental, y Dios mismo nos quiere ayudar en esto, por eso envió su Hijo, su Santo Espíritu, y su bendita Palabra, la cual nos alimenta cada día.
Te invitamos a leer: "JESÚS SANA EL CUERPO Y EL CORAZÓN".
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria para Web Recursos cristianos. Autorizado para ser publicado en Mensajes y sermones para predicar - El favor de Dios - Gracia -
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