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SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
. . Sermones escritos listos para predicar - para predicar. A continuación ponemos a tu disposición un listado de sermones escr...
jueves, 6 de octubre de 2016
La verdadera fe no está
basada en la razón, 1 Corintios 2:1-5.
Cuando Pablo estuvo en Atenas llevando el mensaje del evangelio presentó a Dios creador de todas las cosas, es decir él empezó mostrando la grandeza y el poder de Dios sobre toda la creación, pues era un auditorio diferente al de la sinagoga judía.
“Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de
Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no
saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. Y
estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra
ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con
demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no
estuviese fundada en la sabiduría de hombres, sino en el poder de
Dios”
El apóstol no usó la persuasión humana él llevó el mensaje de Dios con
demostración del Espíritu y de poder, y la más grande prueba de esa obra eran
ellos mismos, su vida había sido transformada.
La fe no debe apoyarse en argumentos lógicos o filosóficos, pues la razón
reduce lo espiritual a lo natural y se perdería lo sobrenatural y milagroso de
Dios. Cuando la fe está basada en el poder de Dios tiene un fundamento que
permanece y es sólido.
El Espíritu Santo revela
los secretos de Dios, 1 Corintios 2:6-12.
El evangelio contiene sabiduría, es espiritual y está a disposición de
quienes han alcanzado madurez en la fe, no es un asunto misterioso, sino que es
un secreto de Dios que él preservó para gloria de su iglesia y ahora es
revelado por el Espíritu Santo.
Esa sabiduría es enseñada o revelada por el Espíritu Santo para que sepamos
lo que Dios nos ha concedido. Revelar significa: quitar el velo, descubrir lo
que estaba oculto; y la sabiduría es Cristo mismo. Entonces el Espíritu de Dios
ha sido dado al creyente para que éste conozca y se apropie de todo lo que
Jesús hizo y logró en la gran victoria al morir y resucitar. Cristo murió por
nuestros pecados y resucitó para que andemos en vida nueva.
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El hombre espiritual
entiende las cosas de Dios, 1 Corintios 2:13-16.
“Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas
por humana sabiduría, sino con las enseñadas por el Espíritu, acomodando lo
espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las
cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio, el
hombre espiritual juzga todas las cosas, pero él no es juzgado por
nadie. Porque, ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas
nosotros tenemos la mente de Cristo”.
Conocer la verdad de Dios no es el resultado de la obra del intelecto o del
entendimiento humano, es el resultado de la obra del Espíritu Santo, Maestro
perfecto y Santo en la interpretación del texto bíblico como Aquel que la
inspiró.
El hombre natural es el no cristiano. El término “natural” se traduce desde
un término griego que significa “guiado por el alma”. La persona almática no
percibe ni puede entender las verdades de Dios que sólo por el Espíritu Santo
se pueden discernir. Así como una persona sorda no puede distinguir la música,
ni un ciego los colores, el hombre natural no puede discernir las verdades
espirituales.
El hombre espiritual (nacido de nuevo y guiado por el Espíritu Santo) tiene
la capacidad para entender todas las cosas, y puede recibir la verdad
espiritual y comprenderla, pues está capacitado por el Espíritu Santo que mora
en él. Por estas diferencias para el mundo muchas veces el cristiano es una
confusión, pues actúa de manera incomprensible, es decir hace lo que le agrada
a Dios pero no es comúnmente aceptado por el mundo natural.
Cuando vivimos para Dios nuestro corazón experimenta un gozo inexplicable
desde el punto de vista natural, pero es el gozo que el Espíritu Santo nos
comunica al hacer la voluntad del Señor.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: “PODEROSO ES DIOS PARA TRANSFORMAR TODAS LAS COSAS”.
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