Introducción: Recordemos
que la Biblia nos dice: “corramos con paciencia… puestos los ojos en Jesús, el
autor y consumador de la fe”.
En éste caminar cristiano a veces aparece el
desánimo y el cansancio, pero en todos los momentos miremos a Jesús, él es la
fuente de nuestra fuerza y gozo, él nos comprende y ayuda a avanzar hacía su
propósito. Seguramente aparecerán obstáculos, pero con él vamos de victoria en
victoria…
LA FE DERROTA LA
MURMURACIÓN Y EL DESÁNIMO
I. ES NECESARIO MANTENER
NUESTRA FE EN TODA CIRCUNSTANCIA.
A) La fe nos
sostiene ante el desaliento (Números 21:4).
Comentario: En otras versiones se traduce diciendo: “en el
camino se impacientaron”, “el pueblo estaba fastidiado a causa del viaje”, vemos
entonces que ellos no confiaron en el Señor quien los guiaba a la tierra
prometida, a pesar de las maravillas que él había hecho en Egipto y durante su
caminar por el desierto.
La fe no es una emoción pasajera, la verdadera fe
deposita el corazón en Dios en todo momento. Cuando nos preguntamos ¿cómo vencer el desánimo y la murmuración? tenemos que responder: con fe en Su palabra, pues él cumple Su promesas.
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B) Cuando aparecen los obstáculos en el camino nuestra
fe es probada.
Comentario: Ante la dureza del
camino aparece el cansancio, y podemos caer en la impaciencia, el fastidio;
factores que impiden el avance en nuestra vida. Incluso ante esto el creyente
puede renunciar a seguir hacia la meta trazada. Te invito a leer: “No Consideres Volver Atrás”.
II. CUANDO LA FE SE DEBILITA NACEN LAS PALABRAS NECIAS
O LA MURMURACIÓN (NÚMEROS 21:5).
Comentario 1: Vemos que los israelitas hablan contra Dios (ellos
caen en la murmuración), también murmuran contra Moisés y contra sí mismos (ellos
dicen: “para que muramos”), y palabras de rechazo y menosprecio ante la
provisión que el Señor les envía (el maná es llamado en algunos pasajes de la Escritura
“pan del cielo”, era pues una provisión sobrenatural).
Comentario 2: Los israelitas expresan “nuestra alma tiene fastidio de este pan tan
liviano”, ellos añoraban la comida egipcia (esto es figura del anhelo por el
pasado de donde Cristo nos ha sacado. Si el pasado miramos debe ser para
recordar las enseñanzas del Señor y sus milagros, pero no para desear volver
allí).
Comentario 3: Debemos
destacar la expresión “nuestra alma”, pues el alma nos habla del ego, el yo, mis intereses; ellos querían satisfacer sus
propios anhelos y deseos, y no hacer la voluntad de Dios.
Lamentablemente esto
lo seguimos viendo hoy día, cuando la vida espiritual se debilita, el creyente
desea más el pan del mundo, que el maná del cielo. Procuremos amar a Dios con
todo nuestro corazón, confiar en su bondad y poder, y con esa fe y la oración derrotar la
murmuración y el desánimo
III. LA FE EN DIOS O LA
AUSENCIA DE ÉSTA DETERMINA EL RESULTADO:
A) Cuando confiamos en Dios, su gloria se hace
manifiesta.
Comentario: A lo largo de la
Escrituras vemos que cuando los hijos de Dios confían de verdad en Dios no se
tarda con su respuesta. Que sin duda es la mejor, pues él sabe cómo y cuándo
hacer las cosas.
B) La incredulidad facilita
el ataque del enemigo (Núm. 21:6).
Comentario: El pasaje bíblico nos enseña que: “Jehová envió
serpientes ardientes” literalmente “venenosas”, la misma Escritura nos dice que
el “desierto era grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de
escorpiones” (Deuteronomio 8:15), y el Señor los había protegido de éstos
animales, pero ahora ellos habían activado en su contra las serpientes por su
pecado (murmuración, incredulidad, rebelión).
La biblia nos dice que “murió
mucho pueblo”, a veces el Señor permite el dolor en nuestras vidas para que nos
acerquemos a él. Buen número de veces escogemos el camino del dolor para
aprender.
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C) Cuando Israel decidió creer en Dios, las
circunstancias cambiaron y continuaron su camino.
Comentario: Israel reconoció su
pecado, Moisés intercedió y Dios perdonó su maldad. Confiaron en las palabras e
instrucciones del Señor, y Dios transformó su crisis en una oportunidad para
ver su grandeza y poder. Cuando confiamos en Dios avanzar es más fácil.
Reflexión final: Dios
nunca se equivoca, con Su amor y bondad nos lleva al mejor lugar. Tal vez no lo
haga como esperamos o pensamos, pero sin duda hará lo mejor. Por eso podemos
confiar en él, seguirlo sabiendo que venceremos, pues la fe derrota la
murmuración y el desánimo.
(Escrito
por Pastor Gonzalo Sanabria)
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bs tardes me encantan,son sermones claros y sencillos Dios los bendiga
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras 1596cristal. Dios te bendiga.
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