Introducción: Cuando Jesús dijo en la cruz: “Consumado es” estaba
diciendo varias cosas, pues la palabra en su original griego significa: terminar,
cumplir, llevar a cabo, y pagar. Pagar nos recuerda el gran precio con el que
canceló el Señor la deuda por nuestros pecados. Veamos al detalle éste
significado:
Jesús pagó el
precio de nuestros pecados.
Pagar. La Escritura nos
enseña claramente que el ser humano tiene una cuenta pendiente con Dios y que
esa deuda es impagable, nos dice el Salmo 49:6-8. Dios nos quiere
bendecir con abundancia, pero no debemos poner nuestro corazón en las cosas
materiales, sino en el Dios vivo y verdadero que permanece para siempre.
Jesús en la cruz cuando dijo “Consumado es” estaba pagando nuestra
salvación. Rescatar o redimir en la Biblia es pagar un precio, y Jesús lo pagó
con su sangre preciosa y única. Sólo la sangre de Jesús satisface la demanda
celestial, pues la paga del pecado es muerte, y con su muerte Jesús pagó el
precio de nuestro pecado.
Por eso dice la Biblia que fuimos rescatados de nuestra vana manera de
vivir, no con cosas corruptibles como oro o plata, sino con la sangre preciosa
de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, destinado desde
antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por
amor a nosotros.
Podemos recordar aquí las palabras de Jesús según la parábola del rico
insensato: Lucas 12:16-21, cuando el Señor
dijo: “Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto ¿de
quién será?” más bien debemos ser ricos para con Dios, buscarle y vivir para
hacer su buena y agradable voluntad.
El Señor
Jesús dijo: “Consumado es” e inclinando la cabeza entregó su espíritu. Es muy
interesante saber aquí que la palabra “entregó” se traduce del término griego
“paradidomi” que significa además: rendir, ceder, confiar. Jesús muestra su
mayor evidencia de rendición aquí, él entregó toda su voluntad a Dios, lo cedió
todo, no se guardó nada para sí.
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Entregar
aquí es confiar, entonces Jesús entrega su vida plenamente confiado en Aquel
que la estaba recibiendo, Jesús sabe que el Padre no le fallará, y en efecto el
Señor Jesucristo al tercer día resucitó, está sentado a la diestra del Padre y
volverá por su iglesia, y su resurrección es la garantía de que también seremos
levantados y estaremos con él para siempre.
Conclusión: Bendito sea Aquel que en la cruz murió, Aquel
que al tercer día resucitó, Jesús, quien se fue a prepararnos morada, bendito
Jesucristo que en poco volverá y reinaremos con él. Gracias Jesús por tu
preciosa y poderosa sangre.
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Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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